jueves, 10 de marzo de 2011

Nuestro vehiculo

Dígase de un Peugeot 405 del año 88 (yo tenía 3 añitos cuando el susodicho salió de fábrica). Ha vivido los años duros de la guerra civil, pero, ahí sigue. Es coche heredado por los anteriores becarios. Digamos sus  características.
·         todos los días, hay que echarle agua al radiador, pues se va.
·         La llave está rota por la mitad
·         Le cuesta arrancar (a veces hacemos esperar un rato al que quiere aparcar)
·         Una vez el conductor en el  coche, se abre el pestillo del copiloto (a veces cuesta) y así se abren el resto.
·         La puerta conductor-trasera no se ha abierto nunca (miento, una vez), no nos arriesgamos a quedarnos con la puerta en las manos. Para entrar, todo el mundo por la de copiloto trasera.
·         Ventana copiloto-trasera: se puede bajar, pero en serio quieres hacerlo? Sabes lo que te va a costar subirla?
·         Unos cuantos bollos
·         Papeles: en un limbo legal. Venta hecha a una persona  que ya no está en el país, por lo que no se puede avanzar, ni retroceder. El coche está a nombre de esa persona.
Conclusión: nuestro coche es autentico.

lunes, 7 de marzo de 2011

Autoctonos 6: Policias representativos

Habemus polis representativos de nuestro recorrido:
Van Damne: veintitantos años, pelo rapado.
Si tras el túnel llegando a la rotonda, hay atasco, significa que van damne no está de servicio. Es el poli más efectivo de nuestro recorrido y si van damne ve que se organiza atasco, solo tiene que mover los brazos y el problema desaparece. (Además se parece al actor, tiene pinta de pegar hostias).
Potatin: cuarenta y largos o cincuenta. Con potera y mostacho.
Justo antes de llegar al pont d’hydra y tras el cruce que va a “El Biar”, tenemos a nuestro querido “Potatin”, contrario a van damne. Esta rellenito y es pregunta misteriosa como paso las pruebas fisicas de policía (puede que en su época, fuese un atleta pero ahora lo que tiene es una buena potera). Tampoco es tan malo controlando el trafico, de hecho, es el jefecillo de la zona, da órdenes a los subalternos guías de tráfico y se mueve de un lado a otro como diciendo: “yo soy dios, y en mi cruce, el trafico va a mi voluntad”.